Garrincha, la alegría del fútbol brasileño

Diego Mata
Diego Mata Brasil

Manuel Francisco dos Santos, mejor conocido como Garrincha, es una de las figuras más queridas y admiradas en la historia del fútbol brasileño y mundial. Su talento como extremo derecho, acompañado de una habilidad única para el regate y un carisma incomparable, lo convirtió en una leyenda viviente del fútbol.

Garrincha, con su desbordante creatividad y su capacidad para deslumbrar a los aficionados, ayudó a la selección de Brasil a conquistar dos Copas del Mundo (1958 y 1962), dejando una marca indeleble en la historia del deporte. Este artículo repasa su increíble carrera, sus logros con la selección brasileña y el Botafogo, y cómo su estilo único revolucionó el fútbol.

Los primeros años: Un talento que nació para hacer historia

Garrincha nació el 28 de octubre de 1933 en Magé, un municipio cercano a Río de Janeiro, Brasil. Desde su niñez, Garrincha mostró su pasión por el fútbol. En sus primeros años, se destacó jugando en las calles de su barrio, donde ya se le conocía por su capacidad para el regate y su rapidez para eludir a los rivales. Su apodo, "Garrincha", proviene de un tipo de ave brasileña conocida por su habilidad para eludir a los depredadores, lo que reflejaba a la perfección el estilo de juego del futuro ídolo del fútbol.

El camino hacia el profesionalismo no fue fácil para Garrincha. A pesar de su talento evidente, sufrió de varios problemas físicos, incluyendo una pierna más corta que la otra, lo que le causó una notable cojera. Sin embargo, estas dificultades no impidieron que Garrincha desarrollara un estilo de juego único, basado en su capacidad para driblar y sortear a los defensores con una facilidad asombrosa.

Garrincha de joven

En 1953, Garrincha fue descubierto por un scout del Botafogo, uno de los clubes más importantes de Brasil, lo que marcó el comienzo de su carrera profesional. Con el Botafogo, Garrincha comenzó a deslumbrar en la liga brasileña, jugando como extremo derecho. Su estilo de juego, caracterizado por dribles impredecibles y cambios de dirección vertiginosos, lo convirtió en una sensación en el fútbol brasileño.

El Botafogo y el surgimiento de un ícono

Garrincha se unió al Botafogo en 1953, y fue rápidamente adoptado por los aficionados como uno de los íconos del club. Durante su tiempo en el club, Garrincha se convirtió en el máximo referente del equipo, llevando al Botafogo a numerosos títulos, incluidos campeonatos cariocas y otros logros locales. Su capacidad para realizar regates increíbles y su rapidez lo convirtieron en uno de los futbolistas más temidos de su tiempo, y su nombre empezó a ser conocido fuera de Brasil.

Garrincha Botafogo

Con su presencia en el campo, Garrincha no solo atraía la atención de los aficionados, sino también de los mejores entrenadores y jugadores del mundo. Su estilo de juego tan característico y su capacidad para hacer que todo el estadio se pusiera de pie con cada jugada lo convirtieron en un fenómeno mundial. Durante su tiempo en el Botafogo, Garrincha ganó reconocimiento internacional y fue un jugador clave en la selección de Brasil, lo que lo llevó a alcanzar la gloria en los Mundiales.

La Copa del Mundo de 1958: El primer título de Garrincha con Brasil

En 1958, Garrincha participó en su primer Mundial con la selección de Brasil, un torneo que marcaría el inicio de la dinastía brasileña en la Copa del Mundo. Aunque Garrincha no fue el jugador más destacado del torneo, su contribución al juego colectivo y su capacidad para desequilibrar a los rivales fue clave para que Brasil ganara su primer título mundial en Suecia. En ese Mundial, Garrincha jugó junto a jóvenes estrellas como Pelé, Vavá y Didi, y la selección brasileña demostró un nivel de juego que impresionó al mundo entero.

Garrincha Brasil

Brasil ganó el Mundial de 1958 con una actuación sublime, venciendo a los anfitriones suecos en la final y demostrando por qué se consideraba a Brasil como una de las potencias del fútbol mundial. Garrincha, aunque no fue el máximo goleador del torneo, dejó su huella en la Copa del Mundo con sus regates y su capacidad para generar jugadas de peligro.

La Copa del Mundo de 1962: El auge de Garrincha y el título mundial

La verdadera consagración de Garrincha como una leyenda del fútbol llegó en la Copa del Mundo de 1962, celebrada en Chile. Este torneo es recordado como uno de los más memorables en la historia de los Mundiales, y Garrincha fue, sin lugar a dudas, el jugador clave para que Brasil lograra su segundo título mundial consecutivo.

En ese torneo, Pelé, la gran estrella del equipo, sufrió una lesión en el segundo partido de la fase de grupos, lo que parecía dejar a Brasil sin su principal referente. Sin embargo, Garrincha asumió la responsabilidad y lideró a Brasil con una serie de actuaciones magistrales. Durante los partidos restantes, Garrincha brilló con su estilo de juego único, dejando a los defensores rivales desorientados con sus regates impredecibles. Su capacidad para marcar goles y asistir a sus compañeros fue fundamental para que Brasil continuara adelante, y en la final contra Checoslovaquia, donde Brasil ganó 3-1, Garrincha fue una de las figuras más destacadas.

Brasil Garrincha

Garrincha, con su creatividad y su magia en el campo, se convirtió en el héroe de la selección brasileña, y su contribución a este título mundial consolidó su estatus como uno de los grandes de la historia del fútbol. Fue elegido como el mejor jugador del torneo y, junto con Pelé, formó una de las parejas más letales que haya existido en la historia de los Mundiales.

El legado de Garrincha: Un jugador único en la historia del fútbol

Garrincha no solo fue un gran jugador, sino también un verdadero espectáculo sobre el campo. Su capacidad para driblar, su rapidez y su estilo impredecible cambiaron la manera en que se jugaba al fútbol en Brasil y en el mundo. Su habilidad para eludir a los defensores, a menudo dejándolos atrás con su regate, lo convirtió en uno de los jugadores más fascinantes de su época.

A pesar de sus logros, la vida personal de Garrincha estuvo marcada por altibajos. Enfrentó varios problemas fuera del campo, incluidos problemas con el alcohol y la familia, que afectaron su carrera y su vida después del retiro. Sin embargo, su legado como jugador sigue intacto, y su influencia en el fútbol es aún evidente en el estilo de juego de los futbolistas brasileños y en la memoria de los aficionados que lo vieron jugar.

Garrincha con Pele

A lo largo de su carrera, Garrincha ganó numerosos títulos con el Botafogo y la selección brasileña, incluidos dos Mundiales (1958 y 1962), y se consolidó como un símbolo del fútbol brasileño. Con su habilidad única y su amor por el juego, Garrincha transformó el fútbol en una danza, convirtiéndolo en un arte.

Garrincha, el alma del fútbol brasileño

Garrincha, con su destreza única, su carisma y su habilidad para hacer que el fútbol fuera un espectáculo, sigue siendo una de las figuras más queridas y recordadas en la historia del deporte. A pesar de los problemas que enfrentó fuera del campo, su legado como futbolista es eterno. Como parte fundamental de la selección de Brasil en los Mundiales de 1958 y 1962, Garrincha no solo llevó a su país a la gloria, sino que también convirtió el fútbol en un arte que sigue siendo admirado por generaciones de futbolistas y aficionados.

El genio de Garrincha sigue vivo en el corazón de los brasileños y en la memoria colectiva de los aficionados al fútbol de todo el mundo. Garrincha, el alma del fútbol brasileño, será siempre recordado como un jugador único que llevó alegría y magia a los campos de fútbol.

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Las mejores jugadas de Garrincha

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